
Un pan de
calidad es un pan con un crujiente de larga duración, un color dorado-rojizo, una miga húmeda y alveolada, una acidez... Pero esto es el resultado de unos
procesos controlados y
rigurosos que empiezan con la selección de la materia prima. La calidad no puede existir sin organización, regularidad en los resultados, higiene y
fe en el trabajo. En Triticum creemos en ello y lo aplicamos, sólo sabemos trabajar de una forma, con
transparencia y seriedad, somos sinceros con nuestros clientes y, sobre todo, con nosotros mismos.