La semana pasada tuvimos el lujo de recibir en casa a Nathalie y a Estelle. Como asiduas a restaurantes, querían conocer Triticum. Les despertó la curiosidad el degustar nuestros panes en el Speakeasy (Dry Martini), en el Bravo 24 o en el Blanc (Hotel Mandarín), entre otros. Quisieron satisfacer su curiosidad y nosotros estuvimos encantados de poder conversar con nuestro consumidor final, conocer sus impresiones, y mostrarle todo nuestro proceso productivo y, sobre todo, creativo. Fue muy enriquecedor, al fin y al cabo, un camino siempre es de ida y vuelta.
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