Hoy alguien de nuestro equipo está triste. Ha cerrado una puerta, se ha despedido de alguien muy querido. Las despedidas siempre son dolorosas porque son sinónimo de ausencia. Debemos aprender a vivir con estas ausencias, incorporarlas a nuestra cotidianidad y a disfrutarlas en solitario. Nos acompañaran el resto de nuestra vida y la llenaran de recuerdos y de compañía, aunque hoy nos parezca imposible.
Un petó Maria
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